Cereal antiguo y silvestre el Enkir (triticum monococcum)® es un cereal “vestido" que pertenece a la especie diploide domesticado en el cercano Oriente hace unos 10.000-12.0000 años.
Se
considera el padre de todos los cereales y crece
espontaneo todavía hoy en dia en algunas zonas de la medialuna fértil
(Turquía e Iran).
Se
considera una especie fundamental para el origen de la moderna agricultura,
tiene una amplia adaptabilidad, mínimas necesidades nutricionales y
es muy resistente a agentes patógenos y parásitos, por lo
tanto se adapta bien a culturas marginales.
Posee
un alto contenido proteico, en media el 18% (con
picos hasta el 24%) y una elevada cantidad de
carotenoides, muy importantes para el desarrollo de las células además de
ser antioxidantes.
La
harina de Enkir es de color amarillo natural.
Siendo
un cereal muy sabroso exalta todo su sabor en las preparaciones
sencillas.
¡Enkir® significa biodiversidad!
En
la naturaleza existem muchissimas “familias” diferentes de este cereal (triticum
monococcum) que crecen espontaneas y cada una con características diferentes.
Por
esta razón decidimos de no sembrar solo una de estas variedades, olvidando y
perdendo las demás, como pasa a menudo en la agricultura tradicional.
Despues
de 20 años de trabajo en el campo, seleccionamos las mejores variedades de
este cereal, obteniendo unas “semillas” únicas en su diversidad.
Y
eso porque creemos que en la diversidad se puede encontrar un producto mejor y
autentico.
Juntos
con la coopertiva de los agricultores de “Sette Vie del Belbo” y
otros campesinos “virtuosos” ue decidieron apoyar nuestro proyecto, hacemos
sembrar el Enkir en altura, desde más de los 500
metros sobra el nivel del mar, en zonas donde los otros cereales, parras y
avellanas no crecen de forma óptima.
De
esta forma en zonas de cultivos abandonadas, y destinadas a utilizos
marginales, los campesinos cuidan de este antiguo cereal obteniendo una mayor
retorno económico.
En el Enkir® conviven y se desarrollan la protección de una
“población cerealicola” que de otra forma se perdería, la valorización
de su bio-diversidad, una micro-economia de campesinos que cultivan algo en
el cual creen, un molino que muele respetando las
características del grano… y sobre todo, panaderos, pizzeros, pasteleros y aficionados
que llevan “el antiguo hacia el futuro”
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