Nosotros siempre fuimos una pareja de amantes de la buena cocina, siempre listos para descubrir nuevos sabores, tradiciones e historias culinarias.
Desde que vivimos solos y nos hemos independizado, hace años ya, las posibilidades de investigar y ampliar nuestros conocimientos se han multiplicado; varias son las razones: la necesidad, la primera por supuesto, (nuestras madres ya no cocinan para nosotros desafortunadamente: P) de comer de forma sana sin ceder a la tentación de la comida basura, que siempre está allí desde lejos llamándote para que te acerques a compartir mesa con ella.
Creciendo nos dimos cuenta de que comer es algo más que nutrirse, es como recorrer la tradición, los valores, la historia y el desarrollo de un País: es cultura, entonces, ni más y ni menos que ir paseando por un museo. Sentarse a la mesa es acercarse, con respecto, a todo eso.
Desde hace un tiempo en nuestra casa tenemos una alimentación consciente (así nos gusta llamarla). No nos gusta entrar en los cajones de las categorías de los estilos alimentarios, nos parecen como guetos a veces o simples formas de negocio otras; aunque hay veces que nos encontramos con personas que se entregan a un estilo de viday eso lo respectamos sin duda alguna. Comemos muy poca carne y cuando la comemos nos gusta comer carnes de que conocemos la procedencia y que sea ecológica, creemos que esto se refleja perfectamente en nuestro blog (hay muy pocas recetas de carne y también de pescado ¿a que sí?), por eso no somos ni vegetarianos, ni tampoco veganos, ya que tenemos una adicción al queso muy grave. Pero nos encanta descubrir y experimentar recetas veganas y vegetarianas, aprender como sustituir la carne y los otros derivados animales es importante para desarrollar experiencia gastronómica y para llevar una vida más sana, en nuestra opinión. Eso de comer ecológico es algo fundamental y lo intentamos hacer siempre, ya sabemos, por experiencia personal que muchos no piensan que sea algo importante y que es demasiado caro un plátano ecológico en comparación con uno no ecológico: talvez sea así, el coste de la comida ecológica es más alto en comparación, pero preferimos pagar más para productos que sean realmente comida y no herbecidas & Company camuflados de comida. Siempre teniendo cuidado también donde y quien es el productor al que se recurre para comprar ecológico, porque las estafas pueden estar a la vuelta de la esquina.
Todo ha sido una elección personal y consciente que tomamos, una serie de pasos que nos han llevado a otros más. Hoy en día elegimos no comer, ya desde hace tiempo, harinas refinadas (como ya saben los nos conocen bien) y, otro pasito más, tampoco azúcares refinados. Dos de los grandes venenos de la era contemporánea. Esto, sí, quiere decir que nos tiramos bastante tiempo en las tiendas mirando las etiquetas de cada alimento para comprobar que no lleven azúcares refinados.
Nuestra elección se va poniendo en evidencia cada vez más en las recetas que te vamos a proponer. ¿Te acuerdas por ejemplo de la receta de pancakes veganos donde no utilizamos azúcar? Te aseguramos que están deliciosos.
Iremos añadiendo más recetas, más experimentos entre fogones que nos gustan y que elegimos compartir contigo.
Así será la próxima receta entonces:
Esperamos que te guste.
Un abrazo
Jessica y Michele
Recomendación:
Si te apetece te invitamos a leer este interesante artículo publicado por El Confidencial donde se habla de algunos aspectos muy interesantes de los cuales habla la documentalista y periodista Marie-Monique Robin.
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